Maduro ofrece a Argentina el apoyo de Venezuela para combatir el brote de dengue

«Al pueblo argentino le digo: Venezuela está preparada para ayudarlo a combatir el dengue, ya que Milei los abandonó. Venezuela está preparada para apoyar a las comunidades pobres de Argentina con estos productos maravillosos», dijo luego de que expertos presentaran dos bioinsecticidas que buscan controlar y reducir las poblaciones de mosquitos transmisores.

En un acto transmitido por el canal estatal VTV, el líder chavista insistió en que el gobierno neonazi y fascista de Argentina no hace nada ante la crisis del dengue en ese país.

«Por el contrario, cierra los centros científicos, cierra las universidades, le quita los recursos a la investigación (…) Es una cosa terrible lo que está pasando en Argentina con la ciencia, con la salud y, particularmente, con el dengue», agregó Maduro.

Por su parte, la ministra de Salud, Magaly Gutiérrez, indicó que Venezuela «se mantiene en la lucha constante contra esta terrible enfermedad», ahora con estos dos nuevos productos, de los cuales uno actúa en el agua contra las larvas y otro contra el mosquito.

El investigador Blas Dorta aseguró que Venezuela podrá «iniciar el programa de vigilancia y control de mosquitos transmisores de enfermedades endémicas» a través de estos «productos biológicos de control», en sustitución de insecticidas químicos.

Argentina sufre una epidemia de dengue que, de acuerdo con el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud argentino, publicado el pasado domingo, en lo que va de esta temporada -desde fin de julio de 2023- produjo 232.996 casos y 161 fallecimientos.

El brote de dengue -con una circulación viral persistente, adelantamiento del aumento estacional y mayor magnitud de casos-, junto con la mayor cantidad de mosquitos comunes, generó una demanda inesperada de repelente que produjo una escasez del producto y los pocos que se consiguen a precios exorbitantes.

El gobierno de Milei resolvió el jueves pasado abrir la importación de repelente para mosquitos durante un plazo de 30 días, una decisión que respondió a las crecientes críticas a las autoridades argentinas por el manejo del brote